Limpieza de la Costa del Río: una experiencia que deja huella

0

Estudiantes del Instituto Evangélico Americano participaron de una jornada de recolección de residuos en la costa de Vicente López, organizada por la ONG Parley y otras escuelas de la zona. La actividad, impulsada por el Comité Ambiental, combinó trabajo en equipo, reflexión y compromiso con el entorno natural. Por Sofía Nieto, Francisco Boragina, Francisco Mónaco – 5º B COM

El pasado mes, un grupo de estudiantes y docentes del Instituto Evangélico Americano formó parte de la Limpieza de la Costa del Río, una iniciativa intercolegial que reunió a más de 200 personas en las playas de Vicente López. El encuentro fue organizado por Parley for the Oceans, una organización argentina dedicada a promover el reciclaje y la reducción de residuos, además de la protección de los océanos y ríos.

Desde 2023, Parley convoca a escuelas que cuentan con Comités Ambientales para trabajar en conjunto por la limpieza de las costas bonaerenses. Este año, el IEA decidió participar nuevamente a través de su comité, coordinado por las profesoras Cinthia Passaglia y Daniela Maggi, quienes impulsaron la inscripción del colegio. “Nos pusimos en contacto con Parley para averiguar cómo podíamos sumarnos, y nos propusieron esta jornada intercolegial. Como colegio decidimos participar, aunque ya teníamos en mente hacer una limpieza similar”, contó Maggi.

La convocatoria fue abierta: además de los integrantes del Comité Ambiental, se invitó a estudiantes de los primeros años del secundario interesados en colaborar. “Fuimos la mayoría del comité, pero también se sumaron otros alumnos. Queríamos que la experiencia llegara a más chicos”, explicó Passaglia.

La actividad se realizó en la reserva costanera de Vicente López, donde cada institución recibió un sector específico para limpiar. En representación del IEA participaron unos cuarenta estudiantes y seis adultos acompañantes. Los grupos se organizaron en equipos de ocho a diez alumnos con un adulto responsable y se propuso una competencia amistosa para ver quién lograba juntar más basura.

“Este año notamos que los chicos estaban más motivados. Había entusiasmo por participar, y la competencia sana ayudó a mantener la energía. En total, entre todas las escuelas, se recolectaron más de 200 kilos de residuos en poco más de dos horas”, contaron las profesoras. Uno de los equipos del IEA alcanzó los 8 kilos, una de las cifras más altas del día.

Durante la jornada se encontraron plásticos, bolsas, envoltorios, palitos de chupetines, restos de calzado, medias y hasta un televisor. “Se encuentra de todo tipo de cosas, y cada año aparecen elementos distintos. Cuesta creer la cantidad de basura que se acumula en tan poco espacio”, comentó una de las alumnas.

Más allá del trabajo físico, el propósito de la jornada fue reflexionar sobre el impacto de los residuos en el ambiente. “Queríamos que los estudiantes comprendan el recorrido que hace cada pedazo de basura que tiramos. Todo eso, de una u otra forma, termina en el río o en el mar”, explicó Maggi.

Las profesoras resaltaron el compromiso de los estudiantes. “Nos sorprendió que no lo vivieran como un paseo. Se lo tomaron en serio y trabajaron con muchas ganas”, señaló Passaglia.

Para muchos, fue una experiencia transformadora. “Cuando empezás a levantar residuos, te das cuenta de que el plástico ya está integrado en el suelo y en los árboles. Eso te hace pensar dos veces antes de usar productos descartables”, comentó otra estudiante.

El Comité Ambiental del IEA planea continuar participando en actividades de este tipo y fortalecer la educación ecológica dentro de la institución. “Siempre que podamos, lo vamos a seguir haciendo. Estas acciones inspiran y dejan una huella positiva en los chicos y en toda la comunidad educativa”, afirmó Maggi.

La jornada cerró con una sensación compartida: la importancia de actuar desde lo cotidiano. Y más allá del esfuerzo físico, el aprendizaje fue claro: limpiar la costa es solo el comienzo de un cambio más profundo, uno que invita a repensar los hábitos y a asumir la responsabilidad colectiva de proteger el ambiente que todos compartimos.

Por Sofía Nieto, Francisco Boragina, Francisco Mónaco – 5º B COM

Acerca del Autor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *